lunes, 30 de abril de 2012

Corazón rojo


Pasó el tiempo. Y todos contentos se comieron un elefante rosa casi naranja, como el magma de un volcán escupiendo lava sin piedad.

Luego vinieron los muebles del salón. Y la estantería que no cabía en el coche. Y el azul del cielo que se convirtio en gris.

Más tarde, sobre cartones en el suelo frío de gres cenaron lubina, vino y chocolate de entremés.

Volaron las cartas y la magia, que ahora vive en la habitación de atrás, cautivó de nuevo. 

-Vaya oratoria cabrón....

Hacía eco el salón por la falta de muebles. Era la auténtica salud saber que ya nada te agarra. Por un momento sintió la plena libertad de hacer las cosas a su modo.

-Y esta silla, la roja, esta lleva el nombre de Guzmán.

Por la mañana le despertó en el pasillo un abrazo extra fuerte y un beso en la frente. La noche anterior habían hablado durante horas y dio las gracias a la compañía de internet por haber cortado la línea durante días....

Revolvieron juntos el café hasta que se hizo demasiado tarde. Él en su estricto negro comía galletas mientras jugaba con su pelotita de acero. Ella sonreía con cariño tras la lupa de las gafas mientras le miraba.

-Sabes que el tiempo lo pone todo en su sitio...¡Ahora toca empezar el día!
-Gracias Maritxu...
-Me voy! Vuelvo a las 4.
-Yo no lo sé. Con suerte a las 5. Muá!

Le acompañó a la puerta y al cerrarla, pese al por qué de las circusntancias de tenerlo cerca, le invadió una enorme sensación de calma y felicidad. A fin de cuentas ambos sabían que todo estaría mejor así.

Sonó el teléfono y llegaron las noticias. El cielo gris se volvió tormenta.
-No puede ser...
-Tenía que pasar...
-Sí.

Entonces se fue la luz. Empezó a tronar y el deshielo estropeó la comida de todo el mes.

-Mierda! 

Las palabras retumbaban por las paredes del cuarto mientras intentaba dormir de nuevo. La tormenta se volvió noche y la noche día.

Tenía el corazón muy rojo.











1 comentario: