miércoles, 2 de octubre de 2013

Epílogo de un verano pirata

(texto e imagen robados de mi Instagram @maritcamba)

Ayer dibujé un árbol en la arena.. Sus raíces, infinitas, brotaban hacia la orilla del mar. Cuando quise sacarle la foto a semejante obra de arte, vanguardia de mi infancia (entiéndase la ironía),  una caricia de agua se la llevó recordándome el sentido efímero que cobran las pequeñas cosas si no se piensan después, pasado el momento.
No tengo la foto del árbol pero alguien fotografió parte del proceso.
Entonces sé que ayer dibujé durante rato, como una niña (y como hacía tiempo no ocurría), sumergida en la urgencia creadora que tal día como ayer me brindó el Mediterráneo

Epílogo de un verano pirata

martes, 1 de octubre de 2013

Cartas a Pizarro III. De guitarra, tricot y una supuesta procrastinación

Querida Pizarro,

Hace tiempo que no la escribo. No tanto que no la veo. Sin embargo me dispongo a contarle en esta misiva cómo han pasado los últimos días en su ausencia

He vuelto a tocar la guitarra. Entiéndalo por favor en su sentido más literal, así como la tuve de nuevo en mis manos y conseguí afinarla, la toqué y la miré durante unos quince minutos, ni uno más, y volví a posarla en el sofá de nuevo observándola con lástima. 

-Pobre, en menudas manos has caído...- susurré al aire no queriendo mirarla de cerca, con cierto miedo al reproche desatado en alguna de sus cuerdas.

Lo mismo me ha pasado con el tricot. A este también le tengo ganas infinitas y créame cuando le digo que hago y deshago esos puntos que usted me enseñó. Parece que mi destino no irá más allá que a tejer sencillas prendas con el punto "del derecho", ese mismo que usted llama "por abajo". Fíjese si nos entendemos con la teoría...Sin embargo, en la práctica de eso que yo llamo "del revés" y usted llama "por arriba" me he visto forzada a una urgente y desesperada dimisión. 

Necesito de su maestría de nuevo. Y su paciencia, querida Pizarro. Su paciencia con estas manos que, en apariencia, parecen hacendosas pero no lo son. 

Claro, que también puede que sea cosa de la procrastinación...

Siempre suya
M.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

POST IT (de nevera)


Querida Sofía

Hace tiempo que guardo sus correos electrónicos en un sobre. Me gusta pensar que los ha escrito usted a mano, contorneando su escuálida muñeca hasta formar esas ideas que tanto me entretienen. La imagino expectorando cada término tecla a tecla, vacilando los conceptos y exponiendo el poema. 

Poema es su voz, Sofía.

La leo y releo soñando esa selva capitalista en la que vive con las "kookaburras" como usted las llama tronando (Dicela dícese en castellano, ave que encontré en la maldita Wikipedia y que ríe tal que así) y los festines en microondas de los gigantes baños de los centros comerciales. ¿Ha terminado ya su ensayo?

¿Sabe? la echo de menos. La pensé el lunes. También  el martes y el miércoles la busqué  entre los mares de mi ordenador. Luego se esfumó la semana en sabe dios qué.

Le decía que poema es su voz, Sofía.

Llámeme usted pronto.

M.






martes, 13 de agosto de 2013

Indómita ciudad

Hoy se ha levantado temprano y ha ido caminando al trabajo. Le dolían los dedos y los tarsos que hinchados, tiraban de ellos a base de latigazos. Como el buey con el carro al subir Arniches. Pensó que no había sido tan buena idea lanzarse así de buena mañana a la calle, que aunque temprano, el calor caía ya a plomo sobre su manto. 

No podía ni volar

Los elefantes daban sacudidas al asfalto a su paso por Banco de España. Muy al estilo de sus primos los mamuts. Con la trompa saludaban a los monos, los kudus y algún ibis perdido de la noche anterior que vagaba por Cibeles en busca de agua dulce; y con la misma abrazaban a sus crías, tan tiernas ellas, ocultas bajo sus enormes orejas, gimiendo a través del marfil que brotaba en sus encías. Tan grandes y tan frágiles, pensó. 

Siguió avanzando y allí estaban en pie las arrogantes  jirafas,  encarnadas y estiradas. Jugaban con las perlas de su cuello mientras hacían un democrático escrutinio bajo sus gafas diamante en el paso de cebra de Recoletos a Colón. Pobre la cebra, sumisa, que si ayer le tocaron las blancas...hoy era el turno de las negras

Quiso atravesarse un pelícano en su camino
Abrió sus alas con tremendo esfuerzo
Cerró los ojos
Y voló de nuevo



martes, 30 de abril de 2013

Epístola Urbana II. Cartas a Pizarro

Querida Pizarro,

Intuyo que este es el comienzo de una gran tempestad. Los sábados vuelven a llamarse lunes y los lunes... lunes también. Y así hasta mayo que decían...Pero ya para mayo, que comienza mañana, ya para entonces habré decidido irme. Probar suerte en otra tierra, sin límite de frontera...esa que tanto tiempo ha cobijado el borroso recuerdo de aquel amor de verano. Maldita!

Sepa que he vuelto a escuchar las mismas canciones que solía escuchar por aquel entonces. Sí, cuando nos tumbábamos juntos, desnudos y libres, mirando al techo desde el suelo o la cama. A veces pienso en aquel anhelo por traspasar el cemento planta sí y planta también  y simplemente volar. Volar hacia el infinito y atravesar las nubes. Reunirme de nuevo con todos los que allí se mudaron, y reír. Y también llorar.

Como decía, intuyo que este es el comienzo de una gran tempestad. La pienso constantemente querida Pizarro. La pienso tanto que sueño con aquellos duetos en Véjer de la Frontera. ¡Cómo olvidarlo pequeña Iggy! Mi ratoncilla de campo, de cabello dorado y sonrisa amiga...

...Malditos esos lunes que van en bucle, ¡qué le voy a contar a usted que sus semanas están llenas de ellos! No deje que la lastimen demasiado pues pronto les daremos sepelio.Sea fuerte mientras tanto  y aférrese a quien la quiera. Decirle también que, advierta usted en mis ojos amor o desidia sin motivo, sepa usted que puede contar conmigo.

Siempre suya,

Joe

..







domingo, 3 de marzo de 2013

Quién...



¿Quién inventó el dolor del alma?

Ese que emerge poco antes de que llegue el alba, cuando nadie, ni los pájaros, puede escuchar apenas los sollozos en la almohada...

Ese que se enjuga con los recuerdos rotos por imprevistas despedidas...

Y la nostalgia ¿Quién la  inventó?

Esa que se agarra como un piojo a la boca del estómago, cuando la lluvia huele a mar o comienzan a brotar las flores por entre los pinos...

Esa que empaña la vista, traicionera, porque allá, donde estén, no reciben visitas...

Una película ad hoc para corazones sensibles 
a la vida, 
la muerte 
y el amor..

Eternal Sunshine of the Spotless Mind




domingo, 13 de enero de 2013

Epístola urbana I

Querida Pizarro,

Por fin la comprendo. Mi jornada laboral ya no se cuenta con los dedos ni de las manos, ni de los pies, ni de todos a la vez...Muy probable que Sábado se llame Lunes de nuevo, y Lunes Miércoles y vuelta a empezar...así hasta Mayo dicen. Una ya está pensando en quitarse el sayo para entonces. Volver a los Países Bajos de su mano, oler el queso y saborear pétalos de flor.


Cuentan además que hemos perdido esencia los de nuestra raza, que ya no brindamos en los días tristes ni salimos a bailar en la lluvia como en los tiempos del Huracán. Me pregunto qué sabrán ellos de la vida nuestra... ¡Ai, cuánto desconocen, ignorantes! 

Aunque el aire que respire en esta ciudad ya no tenga hueco en mi pecho más que para dar aliento a las funciones que se me han otorgado sepa que deseo besarla pronto. A usted y a la señorita López , que tampoco la olvido. Le bese a quien le bese...

Siempre suya, 
Marit