BUZÓN DE TIEMPO: Katsushika Hokusai, el genio oriental que inspiró a la vanguardia europea.

Intentando descifrar el contenido de una revista en inglés me encontré un espacio dedicado al haiku (poema breve de tradición japonesa) "vaya!" pensé.. Y me acordé de un libro ilustrado que tengo de Katshusika Hokusai (1760-1849), el genial pintor y grabador japonés del período Edo o Imperial de Japón. El mismo que acuñó, en 1814, el término manga que dio arraigo al concepto de historieta en Oriente. En ese libro, un haiku escrito por él dice así: "Se ha calcinado. Qué serenas parecen las flores cuando caen". Se refería a una de las noventa casas en las que habitó que fue pasto de las llamas...

Empecé a sentir cierto gusto por Hokusai cuando vi, en el Metropolitan Art Museum de Nueva York, una reproducción de La gran ola de Kanawaga, su estampa más conocida (a la izquierda), característica también por el uso del llamado color azul de Prusia, muy vivo y llamativo. Días después, en un museo de arte oriental en Washington, me topé con un biombo de seis hojas que parecía estar delicadamente pintado, con motivos florares verde agua sobre fondo de tela negra. No tengo foto pero os aseguro que era una joyita. Y no, no soy una ·"friki" de oriente, pero la sencillez, el uso del color y el espacio con que dibujan los motivos florares, las formas suaves y redondeadas de sus muebles y la calidad de sus biombos me producen cierta satisfacción visual.

Entonces entendí por fin aquellos cuadros japonistas de Van Gogh.. Y es que la primera vez que se contempló el trabajo de Hokusai en Europa el impacto resultó ser una gran fuente de exótica inspiración, ¡los trazos simples se convertian en escenas con movimiento!. Y la mella se hizo en impresionistas europeos cuando los trabajos de Hokusai llegaron a Paris. Es el caso del "pelirrojo loco" (el holandés Vincent Van Gogh), Paul Gauguin, Claude Monet, Edgar Degas e incluso del ya post impresionista Henri Toulouse-Lautrec.

Aquí vemos un ejemplo claro en Ciruelo en Flor (1887), de gusto cálido y otoñal, y en Retrato de Pere Tungay (1887), ambos de Vincent Van Gogh.

Otro ejemplo es este cartel en litografía de Toulouse-Lautrec firmado en el mismo año, 1887.

A lo largo de su vida Hokusai realizó más de 30.000 dibujos en medio millar de cuadernos de trabajo. Fue uno de los principales maestros de shunga (grabados eróticos) y es considerado el mayor exponente de la escuela de grabados Ukiyo–e, que corresponde al resurgimiento en Japón del shinto (adoración de los espíritus de la naturaleza) y al espíritu festivo con que la religión nativa miraba la sexualidad. Se dice de Hokusai que fue precursor del tentacle rape, concepto extendido hoy en dibujos manga y anime hentai, donde criaturas con tentáculos simulan mantener relaciones sexuales o incluso violar a personajes jóvenes, normalmente femeninos. Su obra shunga más famosa (abajo) insipira todavía hoy en día las creaciones de jóvenes artistas de todo el mundo. Así mostraba Hokusai en el siglo XIX su visión del sexo a Occidente.

El sueño de la mujer del pescador, xilografía,1820

Hokusai estaba lleno de energía y la espontaneidad de su genio creador se refleja en el trazado de las líneas curvas, trazadas con una gran soltura. Estas fueron evolucionando gradualmente hacia una serie de espirales casi fractales que añadieron libertad y elegancia a su obra. Con el paso del tiempo su obra fue adquiriendo gusto y valor, mejorando técnica y calidad. Hokusai murió a los 89 años y vivió en 90 casas. Muchos creen que, por lógica psicològica, esto afectó a sus creaciones. En la xilogafría de abajo, Raiden (Espíritu del trueno).

Más tarde el maestro japonés se alejaría de las pinturas del mundo flotante propias del Ukiyo-e y prestaría más atención a temas clásicos y tradicionales. Famosas son sus 36 vistas del monte Fuji. Aquí vemos una pequeña muestra.